“Qué paséis un buen día y que seas muy felices”. Aún resuenan en mi mente estas palabras 
cada vez que entro a clase. La voz convincente, frágil y llena de ternura de Sor Clara nos daba los buenos días en el rezo de la mañana.
San Roque jamás podrá ni deberá olvidarla. Ni a ella, ni al resto de Hijas de la Caridad que, con su entrega y dedicación, han forjado una parte esencial de la historia de nuestro colegio.Si hacemos memoria, se constata que ya en el 1920, tres monjitas Paulas del colegio sito en la calle San Mateo: Sor María, Sor Teresa y Sor Leonor, bajaban a los locales en forma de “L” contiguos a la tercera ermita para atender a los niños necesitados constituyendo así el embrión de la primera escuela de párvulos de San Roque.
Mucho ha llovido desde entonces. Pero casualidades del destino, coincidiendo con la fecha de los actos por su llegada a Alcoy en la capilla de la Virgen de los Desamparados en el 1883 donde se entonó un “te Deum”, el pasado viernes 30 de junio de 2017 las Hijas de la Caridad dijeron adiós a nuestro pueblo.
Muy emotiva fue la despedida en el colegio San Vicente de Paúl. El alcalde destacó su labor humanitaria y desinteresada por el pueblo de Alcoy en tiempos de penuria. Acto seguido, las dos directoras del centro agradecieron los años compartidos y las experiencias vividas con las hermanas en las aulas y en su vida personal. Finalmente, la Visitadora, en nombre de las Hijas de la Caridad, expresó el sentir de la Comunidad Vicenciana.
A las ocho de la tarde, una Eucaristía de Acción de Gracias se celebró en San Mauro. Allí, Don. Rafael Cerdá, Presidente de la Fundación San Vicente Mártir con los párrocos alcoyanos, agradeció su labor al servicio de la educación y les trasmitió la esperanza de seguir luchando para que el colegio de Paulas continúe con su misión de formar personas cristianas.
Desde el próximo curso, el colegio San Vicente de Paúl pasa a ser parte de la gran familia de colegios diocesanos y para acompañar al claustro de profesores se contó en los actos con la presencia de sus representantes Miguel Ángel Coello y Pilar Ibáñez.
Se van las hermanas Paúlas para siempre, 134 años nos han acompañado, pero quedarán sus obras que nos han dejado una huella indeleble en nuestro corazón.
¡Dios bendiga la labor de las Hijas de la Caridad!
