
Después de esto, nos preguntamos, si sabemos estar en silencio y como nos podemos mover en silencio. Nos ponemos a practicar (acostados, apoyados sobre la mesa, nos movemos por la clase muy lentamente para no hacer ningún ruido…).
Y finalmente, se nos ocurre un juego: iremos a una clase de mayores, les pediremos que cierren los ojos durante un ratito y nosotros daremos una vuelta por la clase sin que se enteren. ¿Nos atrevemos?. Pues claro.






