Segunda Semana de Cuaresma

Lunes 26 de febrero

Esta semana reflexionaremos con las lecturas breves de cada día  y con la canción Es tiempo de cambiar de Juanes. Podemos pensar qué necesitamos cambiar en nuestro interior y luego rellenar el compromiso diario o revisar el semanal.

 

https://youtu.be/9inNwSQL6Gw

Evangelio

Lucas 6:36-38
36 «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo.
37 No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados.
38 Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.»

Martes 27 de febrero

https://www.youtube.com/watch?v=9inNwSQL6Gw

Evangelio

Mateo 23:1-12
1 Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos
2 y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.
3 Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen.
4 Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas.
5 Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto;
6 quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
7 que se les salude en las plazas y que la gente les llame «Rabbí».
8 «Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar «Rabbí», porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos.
9 Ni llaméis a nadie «Padre» vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo.
10 Ni tampoco os dejéis llamar «Directores», porque uno solo es vuestro Director: el Cristo.
11 El mayor entre vosotros será vuestro servidor.
12 Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.

Miércoles 28 de febrero

https://www.youtube.com/watch?v=9inNwSQL6Gw

Evangelio

Mateo 20:17-28
17 Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino:
18 «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte
19 y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.
20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo.
21 El le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.»
22 Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos.»
23 Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.
24 Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos.
25 Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder.
26 No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo;
28 de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»

Jueves 1de marzo

 

https://www.youtube.com/watch?v=9inNwSQL6Gw

Evangelio

Lucas 16:19-31
19 «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas.
20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas,
21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado.
23 «Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
24 Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.»
25 Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado.
26 Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.»
27 «Replicó: «Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.»
29 Díjole Abraham: «Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.»
30 El dijo: «No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.»
31 Le contestó: «Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.»»

Viernes 2 de marzo

https://www.youtube.com/watch?v=9inNwSQL6Gw

Evangelio del III Domingo de Cuaresma

Juan 2:13-25
13 Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
14 Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos.
15 Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas;
16 y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.»
17 Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará.
18 Los judíos entonces le replicaron diciéndole: «Qué señal nos muestras para obrar así?»
19 Jesús les respondió: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.»
20 Los judíos le contestaron: «Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
21 Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo.
22 Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.
23 Mientras estuvo en Jerusalén, por la fiesta de la Pascua, creyeron muchos en su nombre al ver las señales que realizaba.
24 Pero Jesús no se confiaba a ellos porque los conocía a todos
25 y no tenía necesidad de que se le diera testimonio acerca de los hombres, pues él conocía lo que hay en el hombre.

 

 

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