Días del 5 al 8 de febrero

Después de cada Salmo unOración terminaremos con la que nos ofrecen desde Colegios Diocesanos.

Día 5

Escuchamos el Salmo 143 y observamos las imágenes. Hacemos un momento de silencio y para terminar rezamos la oración de Diocesanos.

 

 

Día 6

Salmo 145 Alaba alma mía al Señor

 

https://youtu.be/RvtBhUHO3TQ

Día 7 de febrero

LECTURA DEL EVANGELIO

Mc 6,7-13

En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y decía: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos». Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Viernes 8 de febrero

https://youtu.be/4hjhSmUiPTE

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (5,1-11):

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».Respondió Simón y dijo:«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.Y Jesús dijo a Simón:«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron

 

 

 

 

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