Esta semana proponemos trabajar desde la escucha y el silencio activo. Es decir, como cada vez corremos más de un lugar a otro y no nos paramos a escuchar, podemos estar aunque sea 5 minutos cada día escuchando a Dios para poder actuar mejor.
Es bueno escuchar a Dios, ¿Qué nos dice, qué nos pide?.
Para esta semana la propuesta es la escucha activa.
Primero podemos ver y escuchar el vídeo o lectura correspondiente.
Segundo cerramos los ojos dos minutos y escuchamos el corazón en silencio.
Tercero: rezamos la oración que Jesus nos dejó, el Padrenuestro.
También podemos rezar la Oración de la Fundación que aquí tenemos:
Gracias, Jesús, por este nuevo día, una nueva oportunidad para descubrir el amor que sientes por cada uno de nosotros. Regálanos poder escucharte, conocerte y querer parecernos a ti; pon en nuestro corazón el deseo de decir “Sí” como dijo María. Cuida de cada uno de nosotros, de nuestros padres y hermanos, de nuestros profesores y compañeros; haz que en nuestra familia y nuestro colegio nos sintamos seguros, queridos y felices; concédenos crecer como discípulos tuyos. AMÉN
Desde el Silencio escuchamos la voz de Dios.
Día 6
Icxis Tu ternura
Día 7
Día 8
Icxis Solo quedas tú
Día 9
Sigue habiendo
Día 10
Evangelio Para pequeños
Para niños de 3º y 5º
https://www.youtube.com/watch?v=dzfOk6PIgkQ
Para mayores
Evangelio según san Mateo (25,1-13), del domingo, 12 de noviembre de 2017
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: «¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!» Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: «Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.» Pero las sensatas contestaron: «Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.» Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: «Señor, señor, ábrenos.» Pero él respondió: «Os lo aseguro: no os conozco.» Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
